ADVERTENCIAS: *Queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos ofrecidos a través de este medio, salvo autorización expresa de sus respectivos autores, quienes poseen la titularidad de los mismos. **Los contenidos que ofrece esta página, son el resultado de los ejercicios realizados en el taller de narrativa, donde los autores desconocen, previamente, la naturaleza de los mismos. En definitiva, son fruto de la improvisación; narración desnuda. Como tal, son expuestos aquí, sin corrección ortográfica, gramatical o de estilo. ***Para cualquier comentario, sugerencia, duda, denuncia por uso inadecuado u otras incidencias, puede contactarse con el coordinador del taller y moderador de este blog, Juan Sedeño, a través de los medios de contacto que puedan facilitar los responsables de la Biblioteca Pública Municipal "Cristóbal Cuevas", o directamente, a través de este blog.

martes, 12 de octubre de 2010

Más en primera.

Destacamos el trabajo de Miguel Ángel, al haber ganado en calidad en cuanto redujo en cantidad, y el de Rosa, al haber encontrado una solución original, respecto a sus compañeros, en tanto explica la cuestión de no pasar páginas del libro, mediante la evocación de un tiempo pasado.
Ya llegarán, en su momento, lo ejercicios en tercera persona.

Por Miguel Ángel Jiménez.
"La lectora".
Siempre me gustó viajar en tren. Es el medio de transporte más civilizado, dicen. Tomo el cercanías a diario para acudir a trabajar. Siempre observo a la gente a mi alrededor. Los rostros son anónimos, rutinarios, soñolientos, cansados, una amalgama de emociones similares que no añaden nada de emoción al viaje. Me gusta pensar, para aislarme, en los grandes clásicos del cine que transcurren en ferrocarril, en esos personajes sofisticados que viajan en compartimentos independientes, en esos grandes romances que surgen en un almuerzo de camino a Viena, mientras las ventanillas nos muestran los hermosos paisajes de Centroeuropa.
Normalmente los pasajeros que comparten mi ruta no leen nada más profundo que los periódicos gratuitos que reparten en la estación, por lo que hoy quedé sorprendido al poder observar a alguien diferente. Se trataba de una hermosa muchacha que no apartaba la vista de un hermoso y grueso volumen de tapas doradas, que sostenía con las dos manos, como si no pesara nada. Me di cuenta de que podía dirigir mi mirada a ella con indiscreción, pues nada parecía que pudiera apartarle del mundo de ficción en el que se había zambullido. La miré con placer durante un buen rato. Fantaseé con la posibilidad, remota debido a mi proverbial timidez, de entablar una conversación. Me resultaba extraño el hecho de que la muchacha no pasara la página que llevaba tanto tiempo ante sus ojos. Bien pensado, ni siquiera se había movido desde que posé mi mirada sobre ella.
En un raro impulso de decisión me levanté y fui hasta su asiento, al menos para preguntarle si se encontraba bien. Al acercarme, me sobresaltó la palidez de su rostro y su mirada perdida. Estaba muerta. Un hombre maduro y elegante que se sentaba a su lado me dirigió la más seductora de sus sonrisas, tomó el libro de las frías manos de la muchacha y me lo ofreció. "Le he visto a usted muy interesado", me espetó. Durante unos segundos dudé si aceptar la invitación. Finalmente di la espalda a aquel hombre y volví a mi asiento. Mi rostro volvió a transformarse en un rostro anónimo, rutinario, soñoliento, cansado.
Por Rosa Gatón.
He venido al parque como de costumbre a leer un rato; algo distrajo mi atención: en mi mente aparecen recuerdos de mi niñez, aquella que con tanta prisa quería dejar atrás para disfrutar de todo lo prohibido. Siempre me decían: eso lo harás cuando seas mayor, pero los minutos no daban paso a las horas, transcurría todo lentamente...Pasaron los años y ahora llega el momento de saborear todo lo que he tardado tanto en aprender, pero ya nada es igual. La vida pasa a velocidad de vértigo y cuando te vienes a dar cuenta que los achaques no te dejan disfrutar de aquello que querrías, los gritos de unos niños jugando me hacen salir de mis pensamientos; miro con asombro que abrí el libro pero no he conseguido pasar una página. Al final el tiempo se me echó encima.

41 comentarios:

  1. Antes que nada agradeceros vuestras palabra de animo, estoy mejorcita ya mismo estoy dando guerra otra vez.
    Enhorabuena a los dos, el ejercicio de Miguel Ángel me ha parecido muy ingenioso, muy bueno el final, y el de Rosa muy reflexivo se nota que has mejorado mucho. Las clases cada vez me sorprenden más la calidad de los ejercicios va mejorando día a día, se nota que estamos aprendiendo y el interés por mejorar se palpa en la clase.
    Un abrazo para todos muy fuerte nos vemos pronto.

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué bueno Miguel! Intuyo que tu rostro se volvió anónimo, rutinario, soñoliento, cansado... para salvar la vida. Me permito una reflexión o pregunta retórica o como quieras llamarlo: ¿Hay libros que nos salvan la vida y otros que nos hacen querer perderla?

    ResponderEliminar
  3. ¡Ay, que mala amiga soy! Si no fuera por la "misteriosa kabila" no estaba yo en este grupo que me está dando tantas alegrías, y ahora voy y me olvidó comentar su texto. No tengo perdón. Vamos a ponerle remedio ahora mismito.
    Rosa, para no saber por donde empezar vaya maña que te estás dando. Ya me gustó lo que hiciste con el cocodrilo y no digamos con el delirio dela piedra y la cerdita. Pero como bien dice Esther, lo que más me gusta de este es la reflexión qué haces, sigue así que vas por buen camino. Y no sólo lo digo yo.
    Y para terminar, que tenga el tiempo cuidadito con echársete encima porque va a salir escaldado.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Al segundo comentario: Amén.
    Al primero, ¡Menuda pregunta! Y, encima, esa gata mirando a los ojos...Qué mal rollito.
    De libros que salvan la vida (y sin ánimo de hacer chascarrillos), si le preguntas a un Cura (y a más gente) te dirá que la Biblia; el mayor Best-Seller de la historia. Ya en otro sentido, supongo que muchos. No en el sentido literal de tu pregunta, pero si de modo tangencial, recomiendo sobre el particular (y sobre esto de aprender a escribir, a modo de reflexión sobre la creación literaria) el tercer relato que conforma el libro "Tres vidas de santos", que me parece recordar se titula: "El malentendido"; su autor, Eduardo Mendoza (que estás en los cielos, y eso que está vivo). La biblioteca tiene un ejemplar, y la última vez creo que andaba en manos de Pepe. Ya te digo, que no es un ejemplo de libro para tu pregunta, pero en cualquier caso, resulta interesante.
    De los que te quitan las ganas de vivir: la extensa obra de los existencialistas (el hombre es un ser arrojado al mundo...Bajo esa perspectiva, cualquiera piensa que no está demás). Dejo abierto el espacio para quienes más saben de esto, discrepen abiertamente...o añadan otros puntos de vista. Me gustaría conocerlos.
    Y, dile a tu gata, que se vuelva de espaldas; no es fea, pero esa miradilla...O cambias la imagen de la pobre, o no formules esas preguntitas de cortar el aliento.
    Adios Pati. Pronto saldrás a la palestra. Cosas que pasan.

    ResponderEliminar
  5. Para empezar, Juan hay que ver la manía que le tienes a mi pobre gata. Para continuar, no me negarás que las preguntitas dan mucho juego. Hablando de juegos, ¿ha sido un lapsus poner cura con mayúsculas o es para diferenciar a los sanadores de almas de las simples medicinas? Y para terminar, no me saques tanto a la palestra que me volveré muda yo también como Hiperión.

    ResponderEliminar
  6. Hola Pati.
    Tu gata es víctima propicia. Sacas un tema de innegable juego, y un animal que da cierto...no sé. Si la traes al taller junto al sanador de almas para que la bendiga, tal vez yo...
    En el temario(por así llamarlo) se tratará (si procede) del TONO NARRATIVO. El concepto cuenta con múltiples interpretaciones, si bien, yo lo centro en qué postura tiene el autor respecto a un tema; se trata de alguien que no nos está hablando en persona, sino al que "escuchamos" a través de la lectura. ¿Cómo saberlo? Hoy adelantas un ejemplo práctico. Con mi intencionado (malintencionado, quizá)uso de "Cura", y al no escucharme cara a cara, se evidencian según que cosas, ¿verdad Pati?
    No me extiendo más; a buen entendedor...
    Y a la palestra saldrás por imperativo. Por el silencio de Hiperión, no puedo responder. Razones tendrá; espero que ninguna responda a lo que tú aquí apuntas.

    ResponderEliminar
  7. lo dicho, cada vez que tardo en entrar al blog me encuentro con cosas nuevas, y encima me sorprenden, lo primero que voy a decir es que el relato de miguel angel me ha gustado mucho,asi que felicidades y ademas decir que me he sentido rara con mi relato publicado pero dado que comparto con miguel angel" mi espia que surgió de la copisteria"que suena cinematografico y todo pues decir que a ver si se me pega algo que no estaría nada mal.
    A los demás gracias y quiero dejar aquí un comentario a la pregunta de pati , no soy una lectora como vosotros, estoy a años luz pero si puedo decir que algunos libros para mi,han tenido un antes y un después y no tiene que ver con calidad literaria más bien con tu estado de animo, en que momento lo lees o qué te trasmite.besos a todos y a Esther pronta mejoria .

    ResponderEliminar
  8. Las historias que surgen de encuentros en los trenes dan para mucho y Miguel nos ha atrapados con la suya .
    Con Rosa , nos hemos quedados meditabundos.

    Besos desde Málaga.

    ResponderEliminar
  9. Contenidos, estados de ánimo, silencios, gatas...Y Miguel Ángel sin honrarnos con algún comentario que revuelva aún más el patio. Este hombre está perdiendo reflejos. Preocupado me deja.

    ResponderEliminar
  10. No te preocupes tanto, Juan, que no poseo una alerta que me indique cuando salen comentarios que me hacen referencia. Muchas gracias, en primer lugar, por colocar mi relato, aún sin haber estado yo presente el jueves para destrozarlo aún más si cabe recitándolo. A Rosa le digo que si lo que quiere es que se le pegue la habilidad para el espionaje, solo le recomiendo que sea sigilosa y despiadada al mismo tiempo, porque respecto a la habilidad de escribir, soy yo el que tiene motivos para envidiarla.

    Respecto a los libros que nos salvan o nos hacen querer morirnos, la verdad es que yo lo enfocaría más al punto de vista del autor que al del lector. A mí particularmente como lector me salvan todos los libros que amo y los que todavía no he descubierto y amaré en el futuro. Respecto a los libros que quitan las ganas de vivir, vamos a ser benévolos y recordar la cita de Plinio el joven: "No hay libro, por malo que sea, que no tenga algo aprovechable."

    No me extiendo más (por ahora). Ya veis lo pronto que caigo en las malvadas provocaciones del señor Juan. Que no se preocupe tanto. Y muchísimas gracias a todos los que habéis leído y comentado mi relato.

    ResponderEliminar
  11. ¿Alquien me ha nombrado? El hecho de no dar señales de vida no quiere decir que no me asome de vez en cuando a gozar con las nuevas entradas. Y, como ya he dicho en otras ocasiones, lo que se queda en el archivo...
    Ya he dado cuenta y devuelto a las estanterías de la biblioteca el libro Tres vidas de santos. El tercer relato es muy interesante para sacarlo a colación en un taller de escritura, aunque de entrada digo que no estoy de acuerdo con la tesis de fondo. Para los que aún no conoceis a Eduardo Mendoza es muy buena introducción.
    Y por último una sugerencia a bote pronto sobre libros que ayuda a vivir: Brooklin Follies, de Paul Auster.
    Saludos

    ResponderEliminar
  12. ¿Que no tienes una alerta? Preocupado sigo. Más, si cabe, por la templanza de tus palabras. Para mí que has llegado tarde a este pequeño caos que por aquí montamos como nadie, y si lo llegas a saber, te apuntas antes. Ahora se te ve pelín desganado.
    Lo dicho, preocupado continúo con tu falta de reflejos. Y luego me llama malvado y provocador. Lo que hay que oír.

    ResponderEliminar
  13. Y no termino con Miguel, cuando aparece el apreciado Hiperión. Me consta que te asomas, pero se echa de menos tus aportaciones, como la de ahora. Si bien no entiendo eso de que discrepas con la tesis de fondo. Tú lo tienes más reciente, pero si no recuerdo mal, se cuestiona la creación literaria (a título personal creo que algo de autobiográfico hay en el relato) amén de poner de manifiesto la diferencia entre clases sociales. Me encantaría que fueses más explícito. En lo que no sé si es buena idea o no, es en lo que atiene a conocer a Mendoza por este relato. De manera ponderada: bien pensado. Pero a Mendoza (a juicio más vehemente) se llega (y te llega) por su impagable ironía, y su exquisito respeto por el castellano, a través de su vocabulario sublime. Mejor lo dejo, que con este señor no soy objetivo.
    Por aquí nos veremos, Hiperión.

    ResponderEliminar
  14. Acaba de sonar mi alerta. Que hombre más provocador y terrible. No puede uno ni disimular que puede ser serio de vez en cuando y lanzarse a citar a Plinio el Joven. Es que estoy concentrado en mis sublimes artículos del blog, y he de improvisar por aquí. Por cierto, menudo ejercicio que nos has mandado. Voy a tener que sudar para entregar una nueva obra maestra.

    ResponderEliminar
  15. Como se nota que no llegas ni tarde ni temprano; justo cuando te lo has propuesto. Mal disimulaste con Plinio el Cursi, si bien no mientes con tu afirmación del blog. Entre Sevilla y Días de vino y rosas, por aquí andas saliendo al paso. Ya no estoy preocupado, sino alerta.
    Por cierto, confiesa que abandonaste el taller por Mendoza, y te libero de los próximos ejercicios...un año de estos. Sudar tinta dice el muy protervo. Cínico el Joven (o menos joven), deberías decir. Y luego el provocador soy yo. Qué mundo. Y pensar que me estaba convirtiendo en un asiduo empedernido de tu blog...
    Me largo, que me pierdo los Pilares de la Tierra, y luego Amelia me regaña, y con razón.

    ResponderEliminar
  16. Después de leer el comentario de Juan he tenido que ir rápidamente a por mis sales, pues me iba a dar un soponcio. El club del jueves fue de Mendoza, sí, y de preparación para el viaje a Archidona, donde vamos a relizar una sesión con el club de allí acerca de "Celda 211", donde más de uno de nosotros deberiamos estar metidos. Y no te metas con Plinio, que el pobre no se puede defender. Mi blog es como la droga, un mal vicio.

    ResponderEliminar
  17. Hola a todos, entrar en el blog se ha convertido en una rutina, como la de mirar el correo, aunque participe poco, deciros que me he sentido muy identificada con los relatos, y sobre todo a Miguel, que casi he caído en la tentación de coger el libro y traspasar porqué ¿donde está los límites entre realidad y ficción, entre vida o muerte? Gracias a todos por la lecciones de creatividad. Sobre todo a Juan por atizarnos. Una abrazo

    ResponderEliminar
  18. Mira que darle las gracias a Juan por atizarnos...

    ResponderEliminar
  19. ¡Menuda la ha liado la gata de Pati! Andaba yo por aquí, tan ricamente, y al final me deja a cuita limpia con Miguel Ángel, nosotros que ni queremos...
    Muy bonito.
    Contestando.
    Para Miguel Ángel. Ya dije en el taller que si me habías abandonado por Mendoza, no lo censuro; yo también lo haría (no digo dejarte a ti, que también, sino a mi mismo). Y deja las sales, que discutir "pa na" es tontería. Si pagasen, ya sería otra cosa...
    Para Amelia. Me encanta eso de que este pequeño club se haya convertido en una rutina(en el mejor sentido). Pero eso de atizar...con mi talante chavista...cualquiera que te escuche, mujer. Me he tragado todos los capítulos de los Pilares de la Tierra, he hecho los deberes, saco la basura todas las noches...Ustedes si que me vais a matar a disgutos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  20. Y nada. Que ahora cada vez que entro a contestar se me cuela un comentario de por medio. Uf. Y digo yo: efectivamente no le veo la ganancia a eso de dar las gracias por atizar, lo que si que veo menos es que se da como hecho cierto eso de que atizo. La hecatombe. Si se confirma el dato, pues ya de paso, atizaré algo, más que nada, por evitaros eso de ir calumniando. Yo por dar la razón estoy dispuesto a hacer un sacrificio.

    ResponderEliminar
  21. Hola Romina.
    Bienvenida a nuestra comunidad y gracias por tus comentarios. Más que nada, y como el blog no es mío, sino del Taller (y de todos y cada uno de sus miembros), me gustaría nos indicases cuál es tu blog/web, pues nuestro contenido y estilo, como verás, es tan particular como innegociable. Si lo tienes a bien, coméntanos, y ya, si es necesario, contactaríamos contigo en el mail que aportas.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  22. Estás hablando con un spam, seguro.

    ResponderEliminar
  23. Hay gente que habla sola, y los llamamos locos. Por ser amable, no suele pecarse por exceso...Y tiene toda la pinta de que es spam, motivo por el cual no he mandado mail alguno, aunque le contesto a la nada; a resultas ¿estoy majara o no? Pregunta con trampa.
    Gracias Miguel por la advertencia (por aquello tan viejo de que cuatro ojos ven más que dos).
    Volveremos con nuestras cuitas.

    ResponderEliminar
  24. buenos dias, no me digas que hablas con spam yo que pensaba que teniamos admiradores,! que inocencia la mia!es bueno saberlo no sea que me tropiece con un spam y crea que me ha salido un ligue.... bueno el asunto que me trae es que no sale mi foto cuando publico un comentario y me gustaria saber por qué a ver estos expertos, necesito ayudaaaaaa , Juan no estas majara, los he visto peores! tranquilo!jaja besoss mañaneros

    ResponderEliminar
  25. por cierto aprovecho para decir que he cambiado la foto de mi perfil,siempre sale la guapa gata de pati y tambien quiero presentaros a mi nieta se llama lisbeth,buenos dias y besos a todos

    ResponderEliminar
  26. Hola traviesa kabila.
    Con los halagos, aunque sean tímidamente exagerados, me suelo mostrar algo cauto. Eso me llevó a ser educado, aun pensando, que es un mensaje enviado con un fin que no compete a este blog.
    En cuanto a que los has visto peores, la afirmación no necesariamente niega la mayor. Conformando la nueva personalidad que me dotáis, vengo a ser un majara que atiza (más o menos). Me lo estoy pensando; si me gusta, me la quedo.
    En cuanto a eso de las fotos, los perfiles, etc, pues no tengo ni idea; lo confieso. A ver si alguien te puede echar una mano, y si no, veremos si Esther sabe algo del tema.
    Y, que no queremos gato/a: ahí van dos. Así, con un par...

    ResponderEliminar
  27. Desdeluego no hay como sembrar lo que sea para recoger los frutos de lo que sea. Viendo que soy la culpable de este divertido toma y daca entre Juan y Miguel, aliñado con las aportaciones de MIS AMIGAS (en mayúsculas porque son dos de mis grandes amigas), no me queda más remedio que intervenir.
    Respecto a lo de atizar, según el diccionario una de sus acepciones es avivar pasiones o discordias. Que cada cual se aplique lo que más le guste, ahí queda.
    En cuanto al libro que Pepe recomienda, el de Paul Auster, justo hace ahora 10 días que me lo leí, casualidades que ocurren. Sin bien es cierto que es un libro optimista que habla de segundas oportunidades, a mi cachillo de personalidad cínica no le convence demasiado el "happy end". Eso no quita que reconozca que está bien escrito y que los diálogos son muy buenos. Ya que como escritores noveles o lo que seamos estamos aprendiendo de los consagrados, este libro nos puede venir al pelo, según mi humilde opinión.
    Y para acabar de atizarle a Juan, hacerte saber que es muy difícil discutir con los apasionados de los gatos y si son mujeres..., pues ya has visto el resultado.
    De verdad, no os imaginais lo que me estoy divirtiendo.
    Besos a todos los atizados y los atizantes.

    ResponderEliminar
  28. Esto no hay cuerpo que lo aguante. Tu uso del diccionario (espero que no sea el María Moliner), me había aliviado, hasta que citas: "Avivar pasiones". El resto de la acepción, me deja de nuevo a los pies de los caballos.
    Lo de las gatas, lo doy por perdido. Me rindo.
    Y, efectivamente, me declaro oficialmente como atizado, salvo mejor criterio...que no pienso compartir.
    Hay que ver el lío que has montado entre Miguel y yo, dos almas tan cándidas...No tiene perdón.
    Ya te tocará lo tuyo, atizante Pati.
    Besos.

    ResponderEliminar
  29. Kabila...
    Me comenta Juan que no sabes poner foto al lado de tu nombre. Primero créate una cuenta en Google, te pedirá un Nick (kabila) y ahí te permitirá meter una foto, la que tu elijas desde donde la tengas en el ordenador. Cuando hagas un comentario, donde pone seleccionar perfil, marca cuenta en Google, pon tu cuenta y saldrá tu Nick con la foto, si no lo consigues dímelo a ver si te puedo ayudar mejor.
    Un besito, guapa.

    ResponderEliminar
  30. Hola a todos, pensaba contestarle a Juan respecto a la utilización de "atizar", pero se me adelantó mi Amor, que aquí hay que andarse "fino" con las palabras y rápidos con el blog, de todas maneras lo dije en el mejor sentido, me imaginé que eramos brasas y Juan nos aviva hasta que saltan las chispas de la creación, que en eso estamos ¿no?, y a ti Pati ¿porque no pueden terminar bien las historias? ¿eso las descalifica? Y qué es un final feliz, sino un momento, una foto en nuestra vida. Recuerda todas las fotos que te has hecho y las que quedan... Abrazos

    ResponderEliminar
  31. Hombre, un poco de amibilidad pura y dura, sin ambigüedades. Casi no me lo creo. A ver lo que dura.
    Los finales pueden ser como apetezca al consumidor, ahora bien, la combinación escritor novel (no digo Paul Auster)e historia con final feliz, simplemente, apesta. Salvo mejor criterio, que tampoco pienso compartir. Estoy de un talante, uf...

    ResponderEliminar
  32. ¡Ay madre, que follón! Amelia parece mentira que no me captes la ironía. Yo no tengo nada en contra de los finales felices y tampoco he dicho que éstos descalifiquen las historias. De sobra sabes que me encanta hacer de abogado del diablo y esta vez no es una excepción. En cuanto a lo de las fotos (y me voy a poner irónica una vez más) mi disco duro ya está a punto de reventar; menos mal que te tengo a ti para que sigas tirando fotos sin parar y luego las guardes. Eso si, reconoce que después de guardarlas no las ordenas y no te queda más remedio que recurrir a mi proverbial memoria para que te diga quienes son los que aparecen en ellas.
    Besos, compañera de fatigas y de alegrías.

    ResponderEliminar
  33. Pues como puedes comprobar, Juan, ha durado poco. Que le vamos a hacer. Me erijo en atizante una vez más. ¡Es que no lo puedo remediar! Como me provoquen entro al trapo como los Mihura.

    ResponderEliminar
  34. Juan ¿qué te pasa con los finales felices?, y no tiene por qué ser una novela rosa, ni un cuento de Disney (que por cierto es una de las mayores desilusiones que me llevé al hacerme mayor y ver que después del beso hay mucha tela que cortar) pero eso no quita que haya buenas historias con un final feliz ¿porque quién se atreve a definirme la felicidad? ¿qué se considera un final feliz? doy ideas...

    ResponderEliminar
  35. ¡Hala Juan, ahí tienes a otra Mihura! Si es que no se nos puede dar ni una mijita de cuartelillo.

    ResponderEliminar
  36. Ya no sé si meterme en medio. Solo comentar (vencido por Pati, y sobre todo, que así lo crea ella),que nada tengo en contra de los finales felices. La ecuación es clara: escritor/a novel+final feliz= bssurilla. Lo digo con carácter general, pues excepciones habrá, y además, como diría un tal Cosmos: "Soy de letras".
    Los consagrados pueden hacer lo que les dé la gana sin que los desacrediten (cosa distinta es que después tengan mayor o menor éxito). Un novato se puede permitir alegrías las justas.
    Del libro de Paul Auster no hablo pues ni es novato ni lo conozco. Si es una historia de segundas oportunidades, un "happy end" encuadrará con la historia, según el momento narrativo donde se den las segundas oportunidades. A ver, si esta sucede al final del libro, me parece una solución narrativa perfecta. Si obran en otra parte de la historia, y encima la misma termina estupendamente, pues poca gracia le veo. Aunque mucho platicar para no haberlo leído, así que paro, pues me habré pasado unos cuantos pueblos.
    P.S. Qué lástima tanta falta de ortografía. El asunto lo había dejado por imposible, y así procuraré continuar, aunque me digo: talento+faltas= ¿?

    ResponderEliminar
  37. Un momentito, que la abogada de los finales felices no soy yo.
    En cuanto al archimencionado libro, efectivamente el final feliz es colofón de la historia, mejor dicho de las historias, ya que se trata de una novela coral. Y cuando expresé hace ya no sé cuantos comentarios mi "disgusto" por el final feliz, estaba dando una opinión subjetiva, ni más ni menos.
    Para terminar, de todo lo dicho hasta ahora en la retahila de comentarios, lo único que me ha dolido de veras ha sido lo de las faltas ortografía. Prometo ponerle remedio en la medida que me sea posible. Pido perdón por las que haya podido cometer y por las que, sin duda, cometeré en el futuro. La ecuación que planteas de talento+faltas para mi es igual a suspenso.

    ResponderEliminar
  38. Sin ahondar en el tema, lamento tu falta de originalidad al pedir perdón por las faltas de ortografía; me plagias. Pero el propósito lo acojo y lo hago propio. Es cuestión de cometer las mínimas posibles. No vale decir que ninguna, pues no es posible y, lo que menos vale, es que, a sabiendas, sigues (y no lo digo por ti, en absoluto) cometiendo una y otra vez las mismas. Eso es jactancia, y me voy a callar.
    Talento + faltas= X.
    El que quiera, que siga despejando X.
    Besos.

    ResponderEliminar
  39. Eduardo Mendoza : premio Planeta 2010 .
    Algunos estarán contento y otros menos .

    Besitos ...

    ResponderEliminar
  40. yo se de uno que estará contento , nos dejó el otro dia por Mendoza, así que felicidades Miguel besos

    ResponderEliminar
  41. Me dais una pésima noticia, que he tenido que consultar, pues me parecía una broma macabra. Para mi, Mendoza es Dios, y yo no soy politeísta. Por desgracia, Hiperión no quiso dar su opinión sobre la discrepancia con el planteamiento de su relato, ya mencionado aquí. Mi particular opinión es que, vista su carrera, y la fecha del relato, venía a desmitificar la creación literaria, y sobre todo, los logros,¿autobiográfico?, así lo creí, hasta que se me ha derrumbado el mito. Un autor alejado de las modas literarias, del mercadeo...Un ejemplo para escritores: vivo para escribir en vez de escribo para vivir. Su escasa producción literaria en los últimos años obedecía (me parecía)a recurrir a lo único que sabe hacer para ganarse unas perras con triste resignación. Ya no es el ingenioso autor que fue, ahora es alguien que acude a compilar varios relatos para salir del paso. Desencantado lo entendí...hasta que lo veo alternando con el guapo premio Planeta(y todo lo que el mismo significa). La gala de este premio es muy curiosa; me ahorraré aquí detalles. Termino, confuso, exponiendo dos ideas: Mendoza no puede esconderse bajo un seudónimo. Sus seguidores distinguimos hasta el particular vocabulario que usa, y a su primera ironía, ya sabes quién es el autor. Se me cae un mito. Ahora vive de escribir. Legítimo, cómo no, pero qué chasco.
    Y como el hombre vive de sus contradicciones, este año, después de muchísimos, me compraré el Planeta 2010.

    ResponderEliminar