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viernes, 8 de octubre de 2010

PRIMERA PERSONA

Continuamos en la línea de ejercicios cortados por el mismo patrón pero con distinta confección. Hoy adelantamos algunos, próximamente, más, que también lo merecen.

Por Pepe de la Torre.
"Estatua viviente".
Ya faltan solo diez minutos para el fin de mi jornada laboral. Sin mirar el reloj adivino la hora con escaso margen de error, según las sensaciones que mi cuerpo experimenta.
Soy una estatua viviente, una obra de arte hiperrealista. El escultor Armando Segura me ha imaginado y me ha engendrado durante un proceso que ha durado varios meses, derramando su poesía sobre mi cuerpo. Ambos aportamos tanto nuestra técnica como nuestra creatividad. Aparte del entrenamiento físico y expresivo, sin mi reinterpretación constante de la obra de mi autor, no conseguiría transmitir ninguna emoción.
Hoy es la inauguración de la feria del libro. Me esperan diez días en el pedestal de la entrada. Como discípula de Heráclito, durante este tiempo todo tiene que fluir en mi interior, en contraste con mi quietud aparente.
El arte soy yo, arte y vida en una unión tan singular como efímera.
Por Amor de Pablo.
Ya son las diez. Bajo a comprar el periódico al quiosco de la esquina. Aún está cerrado. Me doy una vuelta por el parque mientras espero que abran. Hace mucho calor y me siento en un banco a la sombra. Enfrente de mí, en otro banco, hay una chica con aspecto ausente. Su físico me resulta familiar. Será porque es morena como yo y lleva el pelo largo. También sus piernas son largas, como las mías. Tiene un libro abierto sobre su regazo.
No quiero mirarla fijamente, me daría vergüenza si me pillara observándola de forma tan descarada. Pero no puedo evitar fijarme en ella. Sobre todo porque lleva un buen rato sin pasar las páginas aunque tenga la vista puesta en el libro. Quisiera preguntarle por qué mantiene el libro abierto si en realidad no lo está leyendo. ¿En qué estará pensando que incluso se olvidó de leer? Bruscamente cierra el libro. Me mira y se acerca. Se ha sentado a mi lado. Me observa un momento y dice: ¿Por qué tienes abierto ese libro si no lo estás leyendo?

9 comentarios:

  1. !anda!!! esta vez si que han subido rápido los trabajos, muy buenos los dos y aprovechando que soy la primera en felicitar a los dos elegidos, diré que pienso leer algo de vargas llosa!!! por mis morros pintados como la cerdita pinki!!!y otra cosa me he quedado pillada con la critica que me hizo paco sobre(/ algo llamó mi atención) el muy sabiamente me dijo que para el lector quedaba un poco en el aire esta expresión porque no sabia que era lo que había llamado la atencion, me gustaria que me dierais alguna idea para expresar cuando estas haciendo algo y de pronto te viene una cosa a la cabeza sin saber por qué. gracias por vuestra paciencia y animo! espero lluvia de ideas jaja besitos ester y ponte buena pronto.

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  2. Qué buenos los dos... Lástima no haberlos podido escuchar en la voz de sus autores.

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  3. Enhorabuena a los, ¡y a los que vengan, según Juan!la verdad es que cuando los lees, es distinto a escucharlo, es una lástima no poder leer los demás. ¡Que pena que me fui antes y no escuché el final de las piedras brillantes ¿sigue en pie poder dar tu versión? Un abrazo y a seguir creando.

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  4. JUAN DIJO:

    Disculpad la tardanza en contestar; digamos que la culpa es de la lluvia, que solo evoca melancolía en la condición humana.
    Deciros que tenéis una intuición preocupante: dos de los que aquí han comentado, serán algunos de los que verán su ejercicio colgado en próximas fechas (y si la lluvia lo permite). No estamos de rebajas; es cuestión de hacer justicia.
    Y, ahora, vamos por partes. A Kabila, agradecerle que acepte consejos. Creo que no te arrepentirás. Mi reconocimiento por aceptar la acertada crítica de Paco, y spor tu actitud de propósito de enmienda. En cuanto al consejo que reclamas, confío en la solidaridad del grupo. Uno mío es el siguiente: tú (escritora) tienes todas las ideas en tu cabeza y Paco (lector) no es adivino; no puede leer tus elipsis. Utilizar un guión previo te ayudará a iniciar una idea y darle continuidad. Lo contrario te lleva al inicio y a la posibilidad de fallar en el cuerpo del relato o en su final. Espero que te sirva de algo.
    A Miguel. Intuyo que cambiaste la clase por Eduardo Mendoza. A sabiendas que había más jueves, no por ello lo censuro; viniste el martes y dejaste tu ejercicio (que es de mi agrado), y en todo caso, yo también cambiaría cien talleres por un libro de Mendoza. Y, si, el cuerpo a cuerpo que hay en clase, no puede sustituirse.
    Para Amelia. En las tertulias posteriores a clase, siempre se comenta la diferencia entre el mismo texto, según si es oído o leído. A veces la distancia corta de la lectura te hace ganar, o a la inversa. Y, por supuesto, el ejercicio de la piedra se puede sacar del armario, y darle distintas muertes. Tuvo una muerte pobre.
    Un saludo a todos.

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  5. Pocos comentarios para tan buenos ejercicios. Que así conste, sin perjuicio de un alarde más solidario del grupo, acorde con la calidad de los relatos. A lo mejor, están reflexionando...

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  6. Juan recojo el guante o el "guantazo"-
    Sobre el texto de Pepe: ¿qué más se puede decir que no dijesemos ya el otro día? A mi me emocionó desdeluego. Por varias razones, para empezar por el tema, tan bien expresado. Y si la envidia puede considerarse como una emoción, pues también por ella. En fin, felicidades maestro.

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  7. Hola Pati.
    Supongo que tamaño guantazo no dolerá en absoluto al bueno de Pepe. El único que puede estar disconforme con su relato es un tal Parménides, que como anda muerto, pues tampoco creo que quiera polémica. Eso sí, me estaba preguntando: ¿Qué diría el sabio Hiperión de todo esto?

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  8. Hala, di que si, caña al sabio Hiperión, que a fuerza de ser discreto está llegando a la mudez absoluta. Jajaja.
    Besos para todos, pandilla de sabios

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  9. Pati y el silencio.
    Jamás metería caña a Hiperión (ni me consta haberlo hecho). Constato hechos objetivos: Parménides discreparía de lo escrito por Pepe. No cabe duda. Y pienso en la docta opinión de Hiperión (otro hecho objetivo). Puede que haya optado por ser dueño de sus silencios, él que puede. En cambio, otros, lo deseemos (o no), estamos obligados(cuestión de respeto) a ser esclavos de nuestras palabras. Por fortuna, nada es eterno.
    Besos, aguda Pati.

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