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domingo, 19 de diciembre de 2010

Vergüenza

Por Miguel Ángel Jiménez.
Escucho de nuevo sus gritos. Esta vez a la humillación se une la vergüenza de que me dirija sus improperios en la calle, bajo la mirada, que oscila entre la curiosidad y la diversión, del resto de la gente. De nuevo la tentación de salir corriendo, de abandonar el infierno en que se ha convertido mi vida desde un tiempo tan remoto que ya que no recuerdo cuando fue el instante del primer improperio, de la primera salida de tono. Me reprocho mi debilidad, el no haberle sabido parar los pies en aquel momento. Aguanté los chillidos, pero ¿por qué soporté aquel golpe? Es como si me faltara sangre en las venas, como si la vida no me diera más opción que agachar la cabeza y desear secretamente que esta vez sea la última, tratar de comprender su punto de vista y las faltas propias que motivan una respuesta tan radical por su parte.

Como de costumbre, al pensar en huir, en salir corriendo hacia una vida nueva, me detiene la mirada de mi hija, que me observa con unos ojos entre asustados y afligidos. ¿Me odia por mostrarme tan débil? No puedo evitar evadirme de la realidad, mirar hacia los árboles, hacia los tejados de esta plaza tan hermosa donde todavía llovizna, pero a la que el Sol que se asoma entre las nubes dota de una luz extraordinariamente brillante que contrasta con la negrura que anida en mi corazón. Envidio a aquellos que se han parado sin demasiado disimulo para observar a distancia mi drama. Mi mujer sigue gritándome, no sé exactamente de qué me habla. La miro desafiante, pero ella levanta la mano y me pega una sonora bofetada. Escucho las carcajadas de la gente alrededor.

6 comentarios:

  1. Buen y estremecedor relato, no se por qué tanta violencia entre los seres humanos.
    El denominador común es que la vergüenza la siente el ofendido porque el agresor siempre justifica su actuación y además no se arrepiente.Cuanto sufrimiento en hombres, mujeres y niños,¡que mal nos educan!A ver si conseguimos entre todos que este circulo negro se rompa. besos a todos

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  2. Creo que kabila ha dicho ya todo lo que yo podría decir, así que me limitaré a nombrarla como referente, pues no se me ocurre mucho más que aportar.

    Feliz Navidad y feliz Año Nuevo a todos.

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  3. El trabajo de Miguel es excelente, así como los comentarios precedentes. Felicidades a todos/as.

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  4. Miguel ha resuelto, con la soltura que le caracteriza, otro cuento de navidad. Además ha hecho uso de la libertad literaria para rozar lo políticamente correcto, que normalmente es el mejor detonante para hacernos reflexionar.

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  5. Hay que plantearse cómo se llega a ser maltratado y/o maltratador, si profundizamos un poco en realidad todos somos victimas ¿de qué? Del sistema, de la educación, de los roles que nos han asignado, de cada uno, de no ser conscientes de nuestra actuación,... todo maltratador necesita su victima, y cada victima necesita su maltratador, se crea una simbiosis de la que no se sabe ni como se ha entrado ni como se puede salir, debemos ayudar a ser conscientes de su situación y de ayudar a ambas partes, porque cada ser humano va sembrando a su alrededor, y el quid está en la familia y en la escuela, debemos abonar desde pequeños en cada parcela que podamos influir y sobre todo, sobre todo, dar ejemplo con nuestra actitud y comportamiento e implicación.
    Miguel me ha gustado mucho tu relato, y la verdad que el maltrato no distinguen de sexo ni edad, sólo que la mujer se está empezando a dar cuenta de su situación, aún quedan muchos sin voz. Yo he conocido a un catalogado de "maltratador" y cambia mucho la perspectiva cuando lo escuchas y ves en la espiral en que está metido ¿cómo se ayuda cuando se supone que es el "malo"' si en el fondo también es una victima y sufre y hace sufrir?. He descubierto que lo único que puedo hacer es escucharlo y ayudar a que se de cuenta de donde está metido y dar posibilidades a salir, TODOS TENEMOS DERECHO A SER ESCUCHADOS Y A UNA OPORTUNIDAD.

    Feliz Navidad. Encantada de conoceros y compartir un espacio con todos vosotros. Un abrazo

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  6. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, un poco desmesurados con un relato tan vulgar. Lo único que he querido es rendir un pequeño homenaje a todos los maltratados, hombres y mujeres. Como las mujeres están siempre en los medios de comunicación, he querido dar voz al colectivo masculino. Los hombres no violentos que sufren maltrato de sus parejas son los grandes olvidados.

    Un abrazo a todos.

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