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jueves, 24 de febrero de 2011

La urna

Por Amelia de los Ríos.

Me llaman por teléfono desde la Residencia.
-¿Familiar de Rocio?
–Si, soy yo.
-No se preocupe -me dice-, no le pasa nada, pero haciendo limpieza en su dormitorio hemos encontrado una urna con cenizas dentro. ¿Sabe algo?
-Pues como no sea su hijo Antonio –comento-, de quien tenía los restos en su casa, donde se quedaron cuando ella se fue, pendiente de un destino definitivo. Los nuevos dueños, en vez de llamarme para consultar, los han llevado junto a su madre.
-Debe retirarlos, aquí no pueden estar -concluye.
¡Qué triste es morir y que no sepan qué hacer contigo! Después de dos matrimonios, cinco hijos, tíos, primos, una madre y supongo que algún amigo; que nadie te recuerde siquiera, es duro. ¡Qué desperdicio de vida! No has sabido dejar la herencia más importante: permanecer en la memoria de tus allegados y que te echen de menos, y una de las formas de conseguirlo es cultivando vivencias y querer a los demás y a ti mismo.
Dicen que se muere dos veces, una cuando se acaba la vida y otra cuando se olvidan de ti. Y hoy, Antonio, no quiero que te vuelvas a morir. ¡Va por ti!

9 comentarios:

  1. !triste sí, triste que hayas pasado por la vida entre tantos seres y que todos te hayan mandado al olvido, tristisimo!. Tienes toda la razón del mundo, se muere dos veces: la muerte la física -cuando realmente muere tu cuerpo-, y la muerte de los sentimientos, del corazón, del cariño, esa que cruelmente impone el olvido y que es si cabe, mucho más dolorosa ¿verdad?

    Mil besitos

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  2. Hola Amelia: Reincides en temas dramáticos (un accidente, la muerte, la soledad, la insatisfacción...), pero acompañados de matices o reflexiones de solidaridad y de ternura.
    No quiero dejar pasar por alto el comentario de ayer. Es la primera vez que me han llamado decadente, y no sienta muy bien, aunque esté en un contexto lleno de sentido común. Como bien dices, los años nos dan conocimiento de nosotros mismos, y según Carl Rogers, colega y compañero de escuela de tu citado Maslow, la experiencia es nuestra mayor fuente de autoridad.
    Saludos

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  3. Triste texto, no cabe duda. Muy bien escrito por cierto, a mi parecer. Consigues que a pesar del pesimismo que impregna tu texto al final nos reconciliemos con él. Y de lo que tampoco cabe duda, querida, es de no va ser fácil olvidarte a ti, ni viva ni muerta.

    Besos vivitos y coleando

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  4. Hola a todos:
    Mi querido Hiperión, lamento que te halla molestado el uso del término "decadente", nada mas lejos de mi intención, pero lo hice en el sentido de que a cierta edad ya estamos "cuesta abajo" en la linea de la vida, y el cuerpo físico tiende a perder fuerza o importancia en el resto de contexto de lo que realmente somos o nos sentimos.
    Normalmente soy muy optimista y creo mucho en la fuerza espiritual y mental de cada uno, pero me inspiro al escribir en historias tristes o dramáticas, no me sale escribir en tono de guasa o divertido, debería repetir el taller de escritura, para ver si Juan hace que desarrolle mi parte chistosa; no se, ahora que estoy estudiando psicología, lo mismo practico conmigo y busco el porqué de esta tendencia.
    Muchas gracias por vuestro comentarios, me animan mucho. Prometo buscar otros registros.
    Un abrazo a todos

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  5. Buenas noches.
    Tan solo reconocer un par de hechos (aunque notorios, puede que no todo el mundo los tenga en cuenta, y mucho menos quienes leen y no tienen el gusto de conocerla en persona): Amelia es toda una señora, un ejemplo de respeto, humildad y superación.
    Sombrerazo para usted que, sin necesidad de otras enseñanzas (quizá una palabra amable nunca le venga de más), podrá conseguir con constancia y diligencia (la que de común observa) lo que se proponga. Y ello, sin desmerecer en nada a la otra señora que le precedió en el comentario.
    Un abrazo.

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  6. Cada uno es responsable de las huellas que deja en su camino de vida.
    Te dejo un cordial saludo desde Alemania.

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  7. Un texto triste, siempre que se habla de la muerte es así.Sobre todo cuando te das cuenta del poco aprecio que tienen los vivos, cuando lo estamos y cuando desaparecemos.
    Siempre que hay un funeral, los que lo ofician hablan bien del muerto aunque no tengan ni pajolera idea de quien fue.
    y los vivos hablan bien aunque en vida ni se hayan dirigido la palabra.
    En fin esa es la triste realidad.Besitos

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  8. Amelia: Un texto realista y triste, por desgracia. Pero me gusta cómo en pocas palabras rindes homenaje a quienes ya no pueden hablar y quejarse de ello. Un besazo.


    Juan: Sí, como ves soy un poco 2.0, y estoy cómoda y satisfecha con ello y con mis progresos, me veo que hago más cosas que antes, que no es poco.

    Gracias por el consejo. La verdad que es que la nueva historia la tengo aparte, con alguna cosa apuntada y la idea en mente, pero ya me dedicaré a ella y a maquinarla en condiciones cuando termine con esta (mejor no mezclar). Ya veremos qué sale, aunque sea da para algún relato.

    Gracias por los ánimos, me has sorprendido que te declares fan jajajaja Un besote!!!

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  9. El texto de Amelia está dirigido al mentón. Mejor no mezclar, como con las bebidas.
    Y, ¿un fan? La duda ofende...
    Un besote.

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