ADVERTENCIAS: *Queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos ofrecidos a través de este medio, salvo autorización expresa de sus respectivos autores, quienes poseen la titularidad de los mismos. **Los contenidos que ofrece esta página, son el resultado de los ejercicios realizados en el taller de narrativa, donde los autores desconocen, previamente, la naturaleza de los mismos. En definitiva, son fruto de la improvisación; narración desnuda. Como tal, son expuestos aquí, sin corrección ortográfica, gramatical o de estilo. ***Para cualquier comentario, sugerencia, duda, denuncia por uso inadecuado u otras incidencias, puede contactarse con el coordinador del taller y moderador de este blog, Juan Sedeño, a través de los medios de contacto que puedan facilitar los responsables de la Biblioteca Pública Municipal "Cristóbal Cuevas", o directamente, a través de este blog.

lunes, 30 de agosto de 2010

Pon un cocodrilo en tu vida.

Y en esas estamos, a modo de diálogo, con un impertinente cocodrilo (macho o hembra) que va pidiendo por ahí que le den una ramita de romero. He aquí los ejercicios más ingeniosos (ex aequo).
Nota.- En ambos ejercicios se utilizan (deliberadamente, y no por igual) vocablos o expresiones no contenidas en el RAE, ya sea por convenir al tono del texto, o a palabras coloquiales en Andalucía. Como su uso no es aislado, prescindo del necesario entrecomillado, para no afear los ocurrentes textos con un exceso de signos ortográficos.
Por Pepe de la Torre.
Nuevo vecino.
Abrí la puerta del ascensor y me dijo una voz apurada:
-Por favor, ¿le da al quinto? Es que no llego.
-¡Sí! Yo también voy al quinto.- Le respondí atónito. Lo había visto la tarde anterior en la biblioteca y todavía no había salido de mi asombro.
-Llevo un rato intentando darle al botón con la punta de la cola.- El lomo lo tenía arqueado y parecía que iba a romperse por la mitad-. Perdone, pero me viene un poco estrecho el ascensor.
-Si, ya veo.
-Habrá que hacer alguna reforma.
-Ah, ¿es que vive aquí?
-Sí, en el quinto B. Me habían dicho que el edificio estaba adaptado.
-Cumple las normas de accesibilidad universal.- Salí al paso con esta tontería.
-Las desfasadas, vecino. Pero no las que incluyen las propias para reptiles. Y lo peor es la falta de la climatización adecuada, tan importante para los que somos de sangre fría.
Y decía esto con una voz aguardentosa, que denotaba la garganta sumamente afectada.
-El dueño estaba deseando alquilarlo; ya lo está usted comprobando.- Y le cambié de tema-. A propósito, lo vi el otro día por la biblioteca.
-Sí, estoy haciendo una investigación sobre los precursores de la lucha contra la especifobia.
-¿La especifobia?
-El racismo entre especies, en lugar de entre razas. Es en lo que estamos ahora trabajando en el Programa por la Comunicación.
Pensé: Un nuevo programa que se ha inventado el nuevo Ministro contra el Racismo y el Caos. Este gobierno quiere ser el gran reformista. Aunque en el fondo es como aquel que dijo que debe cambiar algo para que todo siga igual.
-Bueno, ya hemos llegado. A propósito, ¿no tendrá usted una macetita de romero?
-Sí. ¿Por qué?
-Es bueno para el ciclo menstrual. Quizás no se haya percatado por mi piel escamosa, mis prominencias oculares, mi boca...Seré una presencia exagerada para su gusto. Pero si no se ha dado cuenta soy un cocodrilo hembra.
Por Jorge Muñoz.
El cocodrilo del romero.
¡Ding dong, Ding dong, Ding dong, Ding dong, Ding dong! ¡Uf, son las nueve de la mañana y yo de vacaciones! ¿Pero quién pegará al timbre de esta manera? Verá la que le va a caer...
-¡Ya voyyyyyy! (so peaso...me voy a callá)
Voy abriendo la puerta y al coger la llave se me cae al suelo...y ese timbre me atruena en los oídos...y al abrir la puerta pego un grito descomunal.
-¡Ahrrrrgggg!
-No señor, por favor, no se asuste.- Me dijo aquella bestia inmunda de ojos asesinos y dientes como zarpas.
-Pero, pero bueno, si habla y todo...¡Ay, ay! Mira, yo voy a cerrar. ¿No será todo esto un disfraz? A ver...¿dónde está la cámara oculta?¡Maríaaaaaaaaaaaaaaaa, te voy a matá como seas tú la de la bromita!
-Pero qué bromas ni cámaras ni nada. Oiga...que soy de verdad y a lo que vengo es a otra cosa.
-¿A otra cosa?Pero so peaso sinvergüenza...¿cómo te atreves a darme estos sustos?¿tú qué es lo qué quieres?
-Pos mire usté...yo es qué...verá, vivo en el Zoo, que ya sabe usté que está aquí cerquita...y mi cocodrila está embarazada de mis cocodrilitos y la mu joía ha tenío un antojo de solomillo al romero...totá, que hemos cogío al cerdo vietnamita y lo tenemos en la brasa, pero no tenemos romero...y yo ando como loco buscando el romero por toas partes y he venío aquí a vé si usté me puede dar un poquito.
-¡Ay umaaaaaaaaaaaa!Jajajajaja. El hombre se agacha y empieza a reírse como hacía tiempo que no lo hacía.
-Pero bueno...si este cocodrilo hasta habla gaditano como yo...osú,osú...pasa pichita de oro...que te voy a dá el romero pa tu parienta.
Entra en la cocina y saca las especias; de ahí le da un buen matojo de romero al cocodrilo que le sonríe abiertamente, enseñándole su fabulosa dentadura...
-Ay, grasias, grasias...
-Eh túuuuu mira, cuando tengas guisao el cochinillo ese...me vas a traer un poquito y así conozco a la cocodrila, ¿eh?
-Sí,sí...bendito sea usté, que vaya, vaya con la cocodrila que le lleva dando una noche que pa mi se quea.
-¡Hala con Dios! Y venirse por aquí después.
Cierro la puerta y llamo a María...para contarle lo sucedido...desde luego, ver para creer.

4 comentarios:

  1. Buena elección Juan. Al menos desde mi punto de vista. La verdad es que entre el cocodrilo gaditano y la cocodrila erudita es dificil escoger. Besos para todos

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  2. Hola Pati.
    Creo que hubiese sido impropio por mi parte haber dirimido el empate entre ambos. Los dos, a su manera, se merecen el "premio" de la semana.
    Besos.

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  3. Me parecieron los dos muy divertido.
    Debo decir que he notado mucha mejoría el los textos de mis compañeros, se nota que estamos aprendiendo.
    Un abrazo para todos.

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  4. Que dos buenos relatos. Son aún mejores en boca de sus autores. El de Pepe, porque continua con su tono autobiográfico (su obsesión por las reformas y los hechos acaecidos en la biblioteca), de una manera muy divertida. El de Jorge, por haber sido leído con un gracejo andaluz (parafraseando a Juan José Millás: ¿qué demonios significará gracejo) muy apropiado.

    Felicidades a los dos.

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