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sábado, 6 de noviembre de 2010

FÁBULA

Por Paco Torres.
"La rana y la cigüeña"
-Estoy muy mal valorada-se quejaba una rana que croaba en una gran charca.
-¿Por qué dice eso?-le preguntó una cigüeña que picoteaba cerca de allí.
-Nadie quiere parar ni un momento a escuchar mi canto.
-Yo estaré encantada de escucharlo-dijo la cigüeña.
-Durante el día es muy peligroso para mí salir de la charca, y dentro del agua es imposible cantar bien; demasiada presión.
-Le propongo una cosa, señora rana, nade hasta la orilla, salte a una de esas piedras y entone sus bellas melodías. Mientras, yo vigilaré.
La rana así lo hizo. Estaba sobre aquella piedra como en un magnífico escenario; pero nerviosa e inquieta. Sabía que era una temeridad estar a aquella hora fuera del agua. La cigüeña se fue acercando, con pasos cortos, mientras hablaba para tranquilizar a la artista: -Concéntrese en su melodía. Yo vigilo. A la mínima señal de peligro le aviso para que salte a la charca.
La rana, que aún miraba a la zancuda con cierto recelo, comenzó su rutinario croar. Tenía la cigüeña aspecto de embelesada y bajaba la cabeza muy despacio, girándola un poco; como para escuchar mejor. La rana se inflaba cuanto podía y se concentraba, confiada ya, en deleitar a su espectadora. La cabeza de la cigüeña estaba apenas a unos palmos de la rana, muy pocos y...¡zas!
De un certero picotazo atrapó a la rana. La puso en el suelo, la aprisionó con una de sus patas y comenzó a devorarla. Mientras a la rana le quedó aliento, suplicó: -¡Por favor, señora cigüeña, somos amigas! Y, si me come, ya no podré cantar más para usted.
-Tan solo por no escuchar tu horrible y monótono ruido te engulliría, estúpida orgullosa. Además, a mí solo me gusta que me canten cuando como. Así que, mientras me zampo tus patas, puedes seguir croando, si tanto te gusta. -La rana miró con sus saltones ojos muy abiertos y aterrorizados, a la pérfida ave-. ¡Creo que se te han quitado las ganas de cantar!-dijo la cigüeña y lanzó un picotazo.
Moraleja: Si tienes una voz horrible, y te gusta canturrear, hazlo cuando estés solo (por lo que pueda pasar).

9 comentarios:

  1. ¡Paco hijo, que tocas todos los palos y todos te salen bien!
    Qué envidia me dás (pero sana). Felicidades
    Besos celosos

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  2. Paco nos ha regalado esta fábula y, cuanto menos yo, a título particular, le doy las gracias.
    Un saludo para todos/as.

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  3. Es de agradecer una fábula así, da gusto leerla (y oírla). Un beso.

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  4. A estas alturas del Taller, queda claro que la maquinaria creativa de cada uno/a está tan bien engrasada como la de un reloj de precisión suizo. Cabe esperar muy buenos trabajos de todos ustedes.
    Un abrazo.

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  5. Paco, eres un maestro en el arte de las letras. Que alegría compartir contigo el taller (y con todos los demás, por eso de la "pelusilla"). Se aprende muchisimo, y sobre todo a escuchar, que me parece muy importante. Un abrazo a todos.

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  6. Merecidos elogios.
    Saludos.

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  7. buenos días a todos/as
    Como siempre una lección de sabiduría y bien hacer,las maquinarias engrasadas...!que gracia tiene Juan!sin comentarios... un beso mañanero.

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  8. Totalmente de acuerdo con todos vosotros. Además, leída por el propio Paco, la fábula ganaba más, si cabe.

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  9. Hola,bello blog, preciosas entradas, te encontré en un blog común,si te gusta la poesía te invito al mio,será un placer,es
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    muchas gracias, pasa buena noche,besos.

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